En los capítulos 219 al 221, del primer tomo del Gran Evangelio de Juan, se encuentra un evangelio del Señor que fue conocido en parte con el nombre de la "Prédica de la noche", pero se perdió con el correr de los tiempos.
Hay muchos consejos valiosos y útiles que se extraen de estos capítulos. A continuación los siguientes:
El Señor conoce los corazones de cada hombre y el momento necesario para ayudarle. Él espera que haya en su corazón una fermentación, similar a la que sucede con el mosto que se convierte en vino. ª
Por ejemplo, para un hombre, que vivió siempre con comodidades terrenales, el Señor deja que vengan desgracias terrenales, una tras otra. Con esto aparecen todo tipo de preocupaciones, angustias y miedos. El hombre comienza a pensar, buscar y preguntar sobre porqué está ahora siendo acosado de todos los lados, si nunca le hizo daño a nadie, al contrario, siempre vivió como un hombre ordenado y bien educado. ª
Si la fermentación sucede enérgicamente, entonces el hombre despierta el anhelo de tener amigos con los cuales él puede alcanzar cierto descanso. Con esto él se vuelve receptivo para algo superior. ª
Dios no puede proporcionar nada al hombre sin que antes lo haya conquistado voluntariamente con las facultades que le fueron concedidas desde el inicio de su vida. Si Dios le proporcionara algo al hombre sin que le haya costado esfuerzo propio, entonces le pondría en el juicio. Por eso Dios no puede ni debe hacer esto. ª
Esto significa que el hombre tiene que entrar en acción esmerada de acuerdo a la Palabra de Dios y dejar de ser un puro oidor de la Misma. Recién cuando alguien se vuelva activo en este aspecto, comenzará a percibir en su interior las bendiciones de sus acciones. ª
1. Después de la cena Ahab observó: «Ya desde Jesaira estoy completamente instruido sobre tu Naturaleza divina; a mí estos milagros prodigiosos no me hacen falta para convencerme de que Tú eres el mismo Jehová actuando a través de un cuerpo humano, en cierto modo tomado de esta Tierra. Pero tengo curiosidad por saber si estos cinco fariseos de Belén, que parecen ser hombres honrados, en verdad no se dan cuenta de Quién es Aquel que curó a sus enfermos tan milagrosamente. Por poca perspicacia que tengan ya deberían haber comprendido que un hombre común jamás sería capaz de hacer algo así. Opino que los debiéramos tantear un poco y en seguida sabríamos qué es lo que piensan de Ti».
2. «Amigo, espero que no dudes que Yo sé muy bien lo que piensan sobre Mí, por lo que no me parece necesario perturbarles en sus reflexiones. Mañana será otro día para tomar medidas adecuadas; pero esta noche vale más que fermenten convenientemente. Así como la fermentación es indispensable para que el mosto se vuelva un buen vino, de la misma manera es necesaria una fermentación parecida en el corazón de cada hombre para que este pueda transformarse gradualmente, por completo, en un ser verdaderamente espiritual.
3. Cuando un hombre tiene todo lo que necesita, se siente bien y a gusto. Entonces no se preocupa por nada, no trabaja, se lo pasa bien y poco le interesa si hay un Dios y una vida después de la muerte del cuerpo. No se pregunta si el hombre es superior al animal o si el animal es superior al hombre. Montañas y valles, lo mismo le dan. Verano e invierno le dejan indiferente. Pues en el verano tiene sombra y baños refrescantes, y en invierno fuego en sus chimeneas y ropa caliente.
4. Tampoco se preocupa si la cosecha será buena o no; en primer lugar se ha abastecido para diez años y, en segundo tiene dinero de sobra para comprar lo que desea.
5. Un hombre así vive descansadamente día tras día como un buey de engorde. Tampoco piensa mucho más que dicho buey, con lo que no es otra cosa sino una criatura animal en forma humana.
6. Si te encuentras con uno parecido y le predicas el Evangelio del Reino de Dios, entonces hará lo mismo contigo que el buey de engorde con un tábano que le incomoda en su voracidad: sacude el rabo sobre el huésped inoportuno y este tiene que huir a toda prisa para no quedar abatido o por lo menos dañado seriamente.
7. Y tal hombre ordenará a sus servidores, que en el fondo no son otra cosa sino el rabo ahuyentador del vividor desahogado, que te echen a la calle. De modo que te tocará salvarte y sólo cuando estás ya a una distancia conveniente podrás meditar sobre el éxito que lograste predicando el Evangelio al vividor.
8. Yo, sin embargo, sé prepararles a tales bueyes un sermón preliminar muy distinto: hago que les ocurran desdichas sobre desdichas. Con esto les vienen las preocupaciones, el miedo y el pavor, y empiezan a pensar, a buscar y a preguntarse cómo es posible que ahora estén asediados por todas partes pese a que nunca han sido injustos con nadie y siempre han llevado una vida honesta y decente.
9. Esto les ocurre sólo para la muy necesaria fermentación de su fuero interno.
10. Cuando tales personas entran en un estado de fermentación considerable, anhelan encontrar amigos que les puedan sosegar. Entonces puedes ir allí y predicarles el Evangelio, porque te escucharán y ya no levantarán su agitado rabo contra ti.
11. Por el mismo motivo es preciso que estos huéspedes nuestros de esta noche alcancen una fermentación adecuada. Esto los hará más accesibles y mañana tendremos una tarea más fácil con ellos. ¿Me entiendes?».
1. «¡Oh Sabiduría, oh Sabiduría!», exclamó Ahab. «¡Qué Sublimidad y Verdad abarcas Tú!, y nosotros, en comparación, ¡qué sumamente ignorantes somos! Es una verdad eterna que en ninguna parte se puede conseguir un éxito sino luchando; y yo, necio de mí, en seguida quise ocuparme de estos enviados de Belén y empezar a iluminarlos. ¡Ay, mi ignorancia es completa! Además, los sabios griegos ya lo dicen: “Cada actividad es consecuencia de una lucha y cada resultado consecuencia de la actividad”. ¡Y yo no lo comprendía!
Pero, ¿cómo es posible que ahora lo comprenda?
2. Sabido es que si en lo íntimo del hombre no existe antes una lucha muy necesaria entre él mismo y sus elementos vitales, entonces todo lo que se le aplique exteriormente será en vano.
3. Ahora estoy completamente al tanto de las condiciones requeridas para que el hombre se instruya; casi quisiera formular una regla fundamental de vida y estoy seguro de que con ella no erraría mucho el blanco».
«¡Dímela! No quiero dar mi opinión antes de que hayas expuesto tu regla».
4. Y Ahab dijo: «Lo que el hombre no consigue por sus propios esfuerzos con las facultades que le fueron concedidas desde el principio, tampoco Dios se lo puede dar sin perjudicarle. Cierto es que a Dios todo le es posible, pero entonces no sería en beneficio del hombre.
5. Quién no se ha conocido antes a sí mismo, ¿cómo conocerá a otro y menos aún a Dios?
He aquí mi lema. Señor, ¿acerté?».
6. «En verdad, amigo Ahab, diste verdaderamente en el blanco, ¡porque así es! Lo que el hombre no conquista con su propio esfuerzo mediante las facultades que le están concedidas, eso Dios no lo puede ni lo debe proporcionar sin ponerle en un juicio.
7. Por eso no sólo oigáis mi Palabra sino practicadla también, y empezaréis a notar sus Bendiciones dentro de vosotros.
8. La vida es la actividad y no el reposo de las fuerzas que la condicionan; por lo cual la vida tiene que ser mantenida eternamente mediante la actividad continua de todas sus fuerzas. Pues en la vida regalada no hay consistencia.
9. El bienestar que el descanso os proporciona no es nada más que una muerte parcial de las fuerzas necesarias para la vida. Quien se encuentra a gusto en el reposo inactivo, especialmente en el de las fuerzas espirituales de la vida, se entrega cada vez más a los brazos de la auténtica muerte, de la cual ni Dios le podrá salvar tan fácilmente.
10. Hay también un relajamiento justo y lleno de vida que reside en Dios, un relajamiento que consiste en una sensación bienaventurada superior a toda ponderación por ser activa dentro de la Voluntad de Dios.
11. Unicamente la plena consciencia de haber actuado continuamente dentro del Orden divino proporciona el relajamiento justo en Dios. Toda otra clase de descanso, cuya causa reside en el agotamiento de las fuerzas vitales es, como ya dije, una muerte auténtica; eso ocurre cuando ciertas fuerzas vitales se retiran de la actividad sin volver a ella. ¿Lo comprendéis?».
12. «Si es así», observó Judas Iscariote, «entonces el hombre debiera rehuir el sueño como la peste, porque el sueño también es una inactividad de varias fuerzas vitales, aunque sean exteriores».
13. «Exactamente. Por eso los dormilones nunca alcanzarán una edad muy avanzada. Quien durante su juventud concede a su cuerpo cinco horas de sueño y seis horas cuando es mayor, llegará por lo general a una edad avanzada y conservará por mucho tiempo su aspecto juvenil; mientras que un dormilón pronto envejecerá, tendrá una cara arrugada y canas, pareciendo en la vejez una sombra.
14. Si el cuerpo se desvitaliza más y más por exceso de sueño, mucho más todavía le ocurre al alma si su actividad conforme a mi Palabra y mi Voluntad disminuye continuamente.
15. Una vez que la ociosidad echa raíces en un alma, en breve también lo hará el vicio, porque la ociosidad no es sino un amor egoísta que rehuye toda actividad que favorece a otros, porque en el fondo quiere que todos los demás trabajen para ella.
16. Guardaos pues de la ociosidad porque esta es una verdadera simiente de todos los vicios posibles.
17. Los diversos animales feroces os pueden servir como ejemplo. Estos animales sólo desarrollan una actividad mortífera cuando los empuja un hambre voraz. Ellos, y especialmente las serpientes, vuelven a sus cuevas una vez saciados y, en muchos casos, descansan en ellas durante varios días.
18. Fijaos en cambio en un ladrón asesino. Este, de ordinario reacio a todo trabajo, permanece inactivo durante días en uno de sus escondites. Pero en cuanto sus confidentes le señalan que una caravana rica pasará cerca, entonces es cuando se vuelve activo y, junto con sus cómplices, se pone al acecho con el fin de saquearla y asesinar a los viajeros para que después no los puedan denunciar. He aquí un fruto de la ociosidad.
19. Por eso repito: Tened cuidado con la ociosidad, porque es el camino y la ancha puerta de toda clase de vicios.
20. Después de realizar una tarea, un reposo moderado les va bien a los miembros del cuerpo; sin embargo, un reposo excesivo es peor que ninguno.
1. Si alguien finalmente llega a un albergue después de una larga caminata y, si en vez de acostarse en seguida hace un poco de ejercicio todavía y al día siguiente ya está en pie antes de amanecer, no sentirá cansancio alguno en todo el día. Y cuanto más organice su viaje de esta manera, tanto menos se cansará.
2. Pero otro que llegue al albergue con idéntico cansancio por la caminata y en seguida se echa en la cama y, además, no se levanta de ella antes del mediodía siguiente, a este le tocará seguir su camino con los pies torpes y dolor de cabeza. Por tanto dormir pronto tendrá muchas ganas de descansar y es fácil que hasta se quede en el camino, esperando un socorro que igual ni viene.
3. ¿Cuál es la causa? El excesivo deseo de descanso y la ilusión de que el descanso reconforta a la persona.
4. Si alguien quiere adquirir una gran agilidad en los dedos para practicar un arte determinado, ¿acaso la conseguirá metiéndose las manos en los bolsillos y pasando los días ociosamente cuidándolas por miedo a que se puedan fatigar excesivamente?
5. En verdad os digo que ni con toda mi Sabiduría podría Yo vaticinar el tiempo necesario para transformar a tal ignorante en experto. Por eso, mis queridos amigos y hermanos, repito:
6. Solamente actividad y más actividad pueden ser un beneficio común para la humanidad. Toda vida es el fruto de la actividad continua e incansable de Dios y sólo puede ser mantenida durante eternidades mediante la actividad verdadera, mientras que la inactividad no puede traer sino la muerte.
7. Poned la mano en vuestro corazón y observad su actividad continua día y noche; en fin, toda la vida del cuerpo depende de su actividad y, una vez que esta se pare, también la vida natural se apagará.
8. Así como el descanso del corazón físico es evidentemente la muerte inevitable del cuerpo, de la misma manera el descanso del corazón del alma es la muerte de la misma.
9. El corazón del alma se llama “amor” y sus pulsaciones se manifiestan con la verdadera y plena actividad del amor.
10. De modo que tal actividad continua de amor es la pulsación del corazón del alma que nunca debe cansarse. Cuanto más late, tanta más vida se produce en el alma, y si de este modo se ha formado en ella un grado de vida que equivale al de la vida más elevada, la divina, entonces este grado de vida del alma despierta la vida del Espíritu divino en ella.
11. Este Espíritu, Vida pura por ser en sí la actividad máxima e incansable, fluye del alma que por su actividad en el amor se ha vuelto idéntica a él, y con esto da comienzo la Vida eternamente indestructible del alma.
12. Y todo esto es un resultado de la actividad y manera alguna de la ociosidad.
13. Por eso huid del descanso y aplicaos a la actividad; vuestro premio será la Vida eterna.
14. No creáis que Yo he venido a traer la paz y el descanso a los hombres de esta Tierra, ¡oh, no!, sino a traerles la espada y la guerra.
15. Pues hay que incitar a los hombres a la actividad mediante la miseria y los sufrimientos, porque de lo contrario se volverán perezosos bueyes de engorde que se cebarán a sí mismos como presa para la muerte eterna.
16. La miseria y los sufrimientos provocan en el hombre una fermentación tras otra al cabo de las cuales aún se puede producir algo espiritual.
17. Se podría objetar que la miseria y el sufrimiento también despiertan la ira, la venganza, el crimen y la avaricia, la inclemencia y la persecución. Cierto es, pero por muy malo que todo esto resulte, con todo siguen siendo mejores, por sus resultados, que la ociosidad que está muerta porque no causa nada, ni el bien, ni tampoco el mal.
18. Por eso os digo: Sed conmigo completamente ardientes o completamente fríos; pero al tibio le desdeñaré.
19. Prefiero a un enemigo enérgico que a un amigo tibio, porque el enemigo enérgico me obligará a mucha actividad para poder conquistarle o a tomar las medidas adecuadas para hacerle inofensivo por todos los tiempos. Al lado de un amigo tibio Yo mismo me volvería como él y si algún día necesitara alguna ayuda, ¿acaso el amigo tibio me la daría?
20. Así también un regente tibio es una desgracia para un pueblo, porque en este caso se corrompe el espíritu del pueblo y sus hombres se vuelven bueyes de engorde y mulas de carga. Pero un regente severo, o incluso tiránico, despierta al pueblo que se vuelve muy activo para no incurrir en castigo. Y si el tirano exagera las cosas, entonces el pueblo se levanta contra él para librarse de su atormentador.
21. Me parece que ya os he hablado suficientemente sobre el valor de la actividad y estoy convencido de que todos habéis comprendido esta enseñanza. Por eso, si alguien siente la necesidad de ir a dormir, que se busque un lecho; pero quien desee pasar la noche levantado conmigo, que se quede aquí».
A eso todos dijeron: «Señor, si Tú te quedas levantado, ¿cómo podremos nosotros ir a dormir?
Solamente la madre María parece necesitar descanso. Tal vez pudieras decirle a ella que se vaya a dormir».
22. María estaba un poco adormilada en su silla.
Pero a pesar de ello, oyó estas palabras, se levantó y con toda amabilidad se dirigió al orador: «Amigo, tú que acostumbras a hablar en nombre de los demás discípulos, te digo que tu preocupación por mí es un poco inútil; porque por amor a mi Señor pasé ya cientos de noches sin dormir y todavía vivo. Y aún me esperan muchas noches sin dormir que no me costarán la vida, mientras así sea su Voluntad. Así que no os preocupéis por mí; me basta con que se preocupe Él».
23. Estas palabras iban dirigidas a Tomás, el cual se acercó a María y le pidió que no tomara a mal su buena intención. María le consoló agradeciéndosela, con lo que Tomás quedó tranquilo y volvió a su sitio.
24. Durante un rato nadie habló, porque todos reflexionaban sobre lo que acababan de oír, y más y más compenetrados quedaban con la verdad de todo ello.
25. Solamente Mateo, después de un rato, se dijo para sí mismo: «Mañana, al amanecer, anotaré esta enseñanza sobre la actividad y el descanso en una sola tabla; esta importantísima enseñanza no debe perderse de ninguna manera».
Y, poco después cuando el día amaneció, Mateo cumplió su promesa.
Esta enseñanza fue conocida bajo el nombre de “Predicación Nocturna” y se conservó durante mucho tiempo. Jonael y Jairut la llevaron también a Samaria. Pero con los años quedó desfigurada, por cuyo motivo se perdió después.